Norberto Catalano tiene 66 años y corre maratones. Antes hizo fútbol, pero se dio cuenta que no era lo de él. El fútbol para no videntes, porque él es no vidente, no es nada fácil. “Yo cuando veía jugaba a la pelota y creía que a los ciegos me los iba a comer cruditos”, dice y suelta una carcajada.
Alejado de su profesión de contador, desde hace casi quince años, Catalano preside la Asociación Rosarina de Deportes para Ciegos (Ardec) y mientras tanto, no se priva de practicar cuanto deporte esté a su alcance buscando nuevos desafíos. Dentro de poco empieza a hacer buceo, según él, para probar que lo pueda hacer un ciego. Hasta ahora, nunca demostró lo contrario.
Todo empezó en el interior de la escuela Braille de Rosario, aquella que, al cabo de aprender el sistema ideado por aquel francés del siglo XIX y dominar el uso del bastón, decidió no seguir frecuentando. Pero mientras asistía, utilizaba el pequeño gimnasio de la institución, el que, con el resto de los alumnos, decidieron equipar. Para ello, empezaron a pedir máquinas y elementos prestados. Hasta que un día salieron a la calle a caminar y el paso se fue acelerando y la caminata se transformó en trote. Así Norberto llegó hasta La Pampa. En Santa Rosa participó del Campeonato Nacional de Atletismo para Ciegos. “Corrí los diez mil metros, éramos tres y salí tercero. Pero vine muy entusiasmado”. Eso lo llevó a, “copiando” el nombre Fadec (Federación Argentina de Deportes para Ciegos), formar Ardec. Un año después correría la primera maratón de 42 kilómetros de Rosario.
Cada iniciativa que emprende Catalano la piensa, la estudia, la analiza, la amasa, la da vueltas y la discute con sus compañeros hasta elaborar el mejor proyecto posible. Por eso, para aprender sobre la organización deportiva, Catalano se metió en Arda (Asociación Rosarina de Atletismo) hasta llegar a formar parte de su directorio.
Enseguida vino el fútbol; el gimnasio de la Universidad Nacional de Rosario (U.N.R.) funcionó como el primer estadio. Pero Enrique Nardone, entrenador campeón del mundo en 2002 con “Los Murciélagos”, les aconsejó que la cancha debe ser un lugar abierto para que, de esa forma, el ruido no rebote. En el fútbol adaptado el balón contiene una cápsula sonora en su interior… los ciegos escuchan el juego. “Antes envolvíamos una pelota con una bolsa para que hiciera más ruido”, cuenta en medio de risas Norberto sobre los inicios de la Asociación.
En el fútbol adaptado el balón contiene una cápsula sonora en su interior… los ciegos escuchan el juego. “Antes envolvíamos una pelota con una bolsa para que hiciera más ruido”, cuenta en medio de risas Norberto sobre los inicios de la Asociación.
En el fútbol adaptado el balón contiene una cápsula sonora en su interior… los ciegos escuchan el juego. “Antes envolvíamos una pelota con una bolsa para que hiciera más ruido”, cuenta en medio de risas Norberto sobre los inicios de la Asociación.
Actualmente el equipo de fútbol adaptado para ciegos de Rosario practica en la Plaza de la Integración, ubicada en Cochabamba y Balcarce. Norberto cuenta que esa plaza nació a partir de unos fondos que le sobraron a los concejales. Daniela León, presentó el proyecto para que en lugar de devolvérselo a rentas, construyeran un lugar donde la gente con diferentes discapacidades pueda realizar actividad física. Apenas se enteró de esto, Catalano se puso en contacto con la concejal para que se pudiera construir la cancha, donde no sólo pueden jugar los ciegos, cualquiera puede usarla.
Hoy Ardec recibe subsidios por parte de la Municipalidad, un fondo de ayuda a personas con discapacidad. El mismo, se cogestiona entre la Municipalidad y las organizaciones. De esta forma pueden sumar insumos como ropa deportiva y elementos de entrenamiento, costear viajes, pero no se pueden pagar honorarios. “No nos podemos quejar, hasta ahora nadie nos dijo que no”.
Hacer y divulgar el deporte adaptado para Norberto Catalano es una militancia. “Esa es mi militancia, que el ciego no se quede quieto. Yo no inventé nada, pero empujo”, dice mientras sus manos hacen un movimiento hacia adelante. Pero no a todo el mundo le gusta el deporte. Así que Ardec también empezó a realizar talleres para que los interesados puedan estudiar. Catalano conoció muchos ciegos que no habían hecho la primaria “por miedo”, porque pensaban que al perder la visión no podrían llevar una vida como la de los demás.
“Se puede hacer cualquier deporte siendo ciego, con adecuaciones, por supuesto. Por eso se le llaman deportes adaptados”. Al principio, Norberto creía que la palabra “adaptados” era un eufemismo. Hay muchos términos que se usan alrededor de la discapacidad, a mi la gente me dice que tengo capacidades especiales… yo soy discapacitado, soy ciego. No es ofensivo que te digan ciego, ofensivo es que te digan ladrón”. Como no reniegan de su condición, para correr Norberto y el resto del grupo hicieron remeras con la inscripción “Ciego”, para que “si chocamos a alguien no se enoje y si me ven, me esquiven”.
“No es que Ardec existe para que seamos todos Maradona, la Asociación está para que la gente ciega haga deporte, si se destaca mejor, pero lo importante es que haga deporte. Porque alguna vez estuvo mal entendido, se creía que el discapacitado podía hacer una actividad física si era muy bueno ¿Por qué la gente convencional puede hacer deporte aún siendo malos y nosotros tenemos que ser obligatoriamente buenos?”. Pero más allá de los beneficios psíquicos y físicos de la natación, el fútbol, el atletismo, entre otros, el objetivo de Ardec excede la actividad física, el deporte es una excusa. “El deporte hace bien a la cabeza” resume Catalano.
Un destino marcado
Durante treinta años Norberto Catalano supo que se iba a quedar ciego. Aunque mientras vivía en su Chivilcoy natal, la misma ciudad que Espósito y Sandoval visitaron sin pasar inadvertidos en “El secreto de sus ojos”, no se imaginó nunca ese futuro. Fue recién en su primer año en la Facultad de Ciencias Económicas de La Plata que Norberto se enteró que tenía Retinosis pigmentaria.
Cada vez que iba a un médico le decían que le quedaban cinco años antes de perder la visión. “Yo iba planificando mi vida cada cinco años”
La Retinosis pigmentaria es una enfermedad degenerativa de la vista de origen genético, cuyos síntomas son la disminución lenta y progresiva de la agudeza visual, que en las primeras etapas afecta la visión nocturna y el campo periférico, manteniéndose sin embargo la visión central. Afecta a una persona de cada 3.700. Las primeras manifestaciones suelen tener lugar en la infancia o la adolescencia. La enfermedad avanza de forma lenta y paulatina con el paso de los años.
“Anda divirtiéndote ahora, que en cinco años te quedas ciego”, le dijo sin anestesia un practicante de Medicina. “Me daba justo el tiempo para recibirme, me incentivó, me vino bárbaro”, dice el hoy Presidente de Ardec con la misma sonrisa que despliega a lo ancho cuando corre. Así que, como en una de sus futuras maratones, se apuró. No le quedó otra que apresurarse en la vida; se casó y tuvo hijos de muy joven. Y se desempeño varios años como Docente en la Universidad de Ciencias Económicas de La Plata. Varios años después, por su trabajo, se mudaría a Rosario. Si bien, siempre lo supo, en realidad, nunca quiso creer del todo que, efectivamente, se iba a quedar ciego.
Cada vez que iba a un médico le decían que le quedaban cinco años antes de perder la visión. “Yo iba planificando mi vida cada cinco años”. Así que dejó de ir al médico cuando se dio cuenta de que en lugar de buscar soluciones, aprovechaban para estudiar su caso. Hizo una excepción cuando, en 1990, viajó a Cuba para operarse. Sin embargo, aquello que le había pronosticado el doctor Porfidio Pelaes, que el éxito de la intervención no era seguro, se cumplió. A lo mejor le alargó un poco la visión. No se sabe. Pero no se quedó con la duda del qué pudo haber sido.
Correr contra la pared
Las piernas están inmóviles. Cada músculo de sus extremidades inferiores no se desplazan siquiera un milímetro. Norberto no avanza. Todos se mueven alrededor, pero él está fijo en su lugar, como estaqueado al pavimento. Cuando se llega al kilómetro treinta aproximadamente, hay un efecto físico-psicológico, por el cual el corredor experimenta un inconmensurable agotamiento. Esto obedece a que luego de los tres cuartos de carrera el maratonista pierde las reservas de hidratos de carbono de su cuerpo, produciendo lo que en la jerga del atletismo se denomina “efecto muro”.
Cada vez que una persona me dice que quiere ayudarme, yo le digo ‘vení a ayudar a los entrenamientos de Ardec’
Algunos se largan a llorar, otros se caen, Norberto una vez pensó que no avanzaba. Pero lo hacía, y cuando llegó a la meta, cuenta que la alegría fue inmensa. Hubiese abandonado la carrera de no haber sido por su hijo, quien, corriendo a su lado, lo convenció de que sí se estaba moviendo.
Al principio, los miembros del grupo iban a entrenar dos veces por semana al estadio municipal Jorge Newbery hasta que los guías empezaron a escasear. Ahora nuevamente se van a juntar los martes y jueves, pero en el Parque Urquiza. “Cada vez que una persona me dice que quiere ayudarme, yo le digo ‘vení a ayudar a los entrenamientos de Ardec’. Yo tengo guía porque con él somos amigos y me acompaña siempre y si me voy con otro él se ofende. Y tiene razón”.
Por gestión de Ardec se puede hacer Natación en los clubes Echesortu y Remeros, atletismo en el estadio Jorge Newbery y Fútbol en el Parque Independencia. En el garaje de su casa, Norberto tiene dos bicicletas Tándem (para dos personas) con las que pronto se desarrollará un proyecto llamado “Paseo a ciegas”. La gente podrá tomarlas en algún parque y utilizarlas, ya sea uno ciego o no. Eso sí, si la persona que va detrás puede ver, tiene que ponerse una venda para sentir la experiencia de andar sin mirar. Porque no hace falta ver para moverse.
por Guido Brunet - 08/09/2015
Fuente: http://www.cronicasconalma.com.ar/
NdR: Norberto Catalano nos ha informado que con la colaboración del Dr. Rolando Dal Lago (ex presidente de ARDA) y lo recaudado en los "15k Puerto Norte", están ultimando los preparativos para el relanzamiento del proyecto PASEO A CIEGA, para el que han comprado 8 bicicletas tandem
Proyecto: PASEO A CIEGAS (ARDEC)
Es un programa ciudadano, no lucrativo, que apoya a personas con discapacidad visual en su inclusión social y su participación activa en los espacios públicos por medio de la recreación y la ejercitación física.
Objetivo general:
Brindar una alternativa novedosa, inclusiva, complementaria, sustentable y eficaz a las personas con discapacidad visual y promover la sensibilización respecto a la discapacidad visual.
Objetivos específicos:
• Apoyar la inclusión de personas con discapacidad visual con el resto de la sociedad, mediante el aprovechamiento y disfrute de paseos gratuitos en bicicletas tandem.
• Estimular la ejercitación física y recreación de los usuarios.
• Propiciar la convivencia familiar y social entre personas con y sin discapacidad mediante la utilización de espacios públicos
• Formar voluntarios sensibilizados en el aprendizaje de manejo de bicicletas tandem y trato de personas con discapacidad visual para lograr una mejor empatía
• Sensibilizar a la sociedad respecto a la discapacidad mediante la impartición de talleres de Sensibilización, abierto a todo público.
• Fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte sustentable, eficiente y no contaminante.
• Colaborar en mostrar a Rosario como una ciudad que devuelve en forma segura las calles de la ciudad a todos los ciudadanos.
Descripción:
Préstamo de bicicleta tandem a personas con discapacidad visual y a personas sin discapcidad visual pero dispuestas a sensibilizarse con la temática de la ceguera.
El servicio es gratuito y funciona los días domingos de 9,00 a 12,30 hs. Se otorgará por un determinado tiempo (ej. 1 hora) y sólo podrá ser utilizada dentro del circuito de Calle Recreativa. Los usuarios mostrarán su DNI, completarán el acta de préstamo de bicicleta y la encuesta.
Características:
Se realiza todos los domingos dentro del marco de la Calle Recreativa rosarina.