El jamaicano Usain
Bolt derrotó por segunda vez en cuatro días al hombre que durante casi dos años
le había suplantado como rey de la velocidad mundial y con un registro de 19.55
en la final de 200m conquistó su 10ma. medalla de oro en campeonatos del mundo,
cuarta consecutiva en la media vuelta a la pista.
Gatlin tuvo que resignarse, otra vez, a su papel de
segundón, que parece sobrellevar con resignación a juzgar por su sonrisa. Cruzó
la meta en 19.74, seguido del sudafricano Anaso Jobodwana, que hizo récord
nacional con 19.87, y del panameño Alonso Edward, que por milésimas perdió la
medalla de bronce (19.87).
El anunciado choque de trenes entre Usain Bolt y Gatlin
terminó con el mismo resultado que el primero. Cuando el estadounidense, que
estaba ligeramente por delante en la curva, perdió su ventaja al desembocar en
la recta, la sentencia estaba dictada.
Cuatro días después del primer gran duelo, el de los 100 metros, que sólo por
13 milésimas se inclinó del lado del jamaicano (9.79 por 9.80), los dos colosos
regresaban para reanudar su eterno duelo por la primacía de la velocidad, que
dura ya diez años.
El festejo incluyo un
insólito accidente
La felicidad de Usain Bolt tras vencer en la final de los 200 metros a Justin
Gatlin se convirtió en un susto. Mientras el velocista jamaicano celebraba,
enfundado en una bandera de su país, su triunfo con la grada, el cámara que
grababa sus movimientos le embistió con su 'segway'.
Evidentemente, se trató de un accidente. El cámara,
pendiente de los gestos del campeón, topó con una de las ruedas de su vehículo
con el raíl de otra de las cámaras, lo que cambió su dirección enviándole
directamente contra el corredor.
Pese a la sorpresa y dureza del golpe, Usain Bolt no sufrió
ningún percance y se levantó del suelo con una voltereta hacia atrás y una gran
sonrisa en la boca, pidiendo incluso disculpas al cámara.