Juan Gorosito es mozo en el tradicional comedor de Balcarce y Brown, pero ni bien suelta la bandeja, sale rápido para el Parque Scalabrini Ortíz donde dirige un grupo trote. Juan es maratonista y tiene el récord rosarino de 10 mil metros, marca que sostiene desde 1985.
Hace muy poquito que Rosario fue declarada capital de la Maratón. Es parte de un fenómeno que se repite a nivel mundial, en el que cada vez más gente se entrena y prepara a conciencia para correr en competencias. Se calcula que en la ciudad hay cerca de 28 eventos programados oficialmente.
Eso sumado a las calles recreativas, que son un espacio de iniciación para futuros deportistas, dan como resultado que los parques y avenidas de la ciudad estén invadidas por corredores. Un panorama mucho más alentador que el que Gorosito vivía hace 30 años, cuando empezó con esta pasión y la compartía con muy pocos colegas.
“Siempre hay tiempo”, parece ser el lema del grupo. Todos tienen sus actividades fuera del circuito. Trabajan, estudian, son padres, pero nada alcanza para justificar la falta de tiempo para salir a entrenar. Y acá se predica con el ejemplo, porque el profe del grupo se pasa los mediodías y las noches llevando almuerzos y cenas de mesa en mesa, y ni bien se saca la chaquetilla, cambia mocasines por zapatillas, y sale como un misil disparado al Parque.
Fuente: rosarioplus.com.ar
