El verano implica altas temperaturas pero también es aquella época del año con mayor cantidad de horas de luz diurnas y que, sumado al tiempo libre de las vacaciones, permite entrenar con más comodidad. En estos meses se trazan los objetivos personales que también incluyen las metas deportivas tanto a mediano como largo plazo que todo corredor alcanzará si aplica estas recomendaciones.
Buscá el mejor horario para correr, aquel momento sin mucho calor siendo ideal entrenar bien temprano a la mañana ya que comenzarás la jornada con energía y podrás dedicarte a tus obligaciones laborales. Si no podés hacerlo, corré a última hora de la tarde cuando baje el sol.
Corré con ropa cómoda y liviana para que la piel respire. Transpirar mucho no es sinónimo de pérdida de peso aunque algunos –erróneamente- así lo crean siendo común ver a trotadores abrigados con buzos en pleno verano.
Tomá agua aunque no tengas sed. Bebé antes y después de entrenar, incluso durante aquellas salidas en que corrés o pedaleás largas distancias. Nunca esperes a tener sed, ya que la sed es síntoma de deshidratación.
Correr rápido no es mejor que ir despacio, tiene que ver con distintos objetivos y momentos del entrenamiento. Si sólo querés salir a correr, empezá tranquilo para de a poco ir encontrando tu ritmo.
La capacidad aeróbica es muy importante para tu salud, si no sabés qué hacer preguntá a un profesional, no hay mejor guía que aquella que te brindará un profesor de educación física, más aún si se especializa en atletismo. Muchos runners te darán consejos bien intencionados pero esos planes o ejercicios no siempre se ajustan a tu estado físico, edad y objetivos.
Entrená variado en tiempo y distancia, no repitas siempre una idéntica rutina porque el cuerpo se acostumbra.
Antes de comenzar a correr, tenés que entrar en calor y elongar, son las claves para conseguir una mejor recuperación. Por supuesto, la natación es un aliado de todo deportista y los runners no son la excepción. Después de correr, es beneficioso zambullirse a la pileta para dar unas cuantas brazadas porque es la mejor manera de relajar los músculos.
Dale descanso a tu cuerpo y comé sano. Son dos aspectos tan importantes para el entrenamiento como el ejercicio físico en sí mismo.
Pensá en algo que te motive para entrenar. Fijate objetivos a corto, mediano y largo plazo.
Prof. Marcelo Díaz – Leloir Running Team para El Depornauta.com